martes, 2 de junio de 2009

SIN patrón: empresas recuperadas y gestionadas por los obreros y trabajadores.- PARTE 5.-

PROPIEDAD VS. TRABAJO




Los integrantes de la Cooperativa de Transporte Rabbione se están movilizando en defensa de lo que ellos mismos se encargaron de conseguir: poder trabajar. Exigen que se frene el desalojo y el remate del edificio donde funciona la cooperativa. La medida basada en la declaración de inconstitucionalidad de la ley de expropiación pone en peligro, no sólo los casi cien puestos de trabajo que han sabido crear y mantener desde 2002, sino a las 25 empresas sin patrón, recuperadas por sus obreros en el ámbito porteño.


Un mal día de abril de 2007, la jueza subrogante del Juzgado Comercial N*1 Maria Gabriela Vasallo declaró inconstitucional la ley de expropiación que los trabajadores de Rabionne supieron conseguir. Argumentó que “no se verifica la existencia de una utilidad pública significativa” Y por lo tanto el día 26 de noviembre (mañana) la cooperativa debe ser desalojada del edificio que ocupa en Monasterio 269 de Parque Patricios. Anunció también que el predio será rematado el 16 de diciembre para pagar a los acreedores. Sin más, firmó el acta de defunción para casi cien familias. Lo que se dice una persona de pocas palabras.


Contra las recuperadas


Jorge Froján, presidente de la Cooperativa, cree que se busca establecer un antecedente nefasto para las empresas recuperadas la Ciudad de Buenos Aires. “Esto es un problema para las 25 firmas gestionadas por sus trabajadores –explica Forján- porque el Gobierno de la Ciudad, a través de la Legislatura, declaró la ley de expropiación para estos casos pero nunca se presentó a pagar. Y de ahí la precariedad en la que estamos”. Sin embargo, aclara que la actual gestión obrera de Rabbione está en condiciones de poder pagar todos los meses una parte de la deuda. “No queremos que nos regalen nada, sólo que nos dejen trabajar tranquilos” advierte.


El caso Rabbione es atípico porque el principal acreedor es el Estado; el Banco Nación y el Provincia. “Nosotros queremos sentarnos a negociar” dice Forján con la urgencia de mantener el sustento de casi cien familias. Y desliza que esta posibilidad es obstruida porque el síndico quiere quedarse con el edificio. La evidencia parte de los recuerdos de Froján: “Cuando en 2006 frenamos el primer intento de desalojo con la ley de expropiación, el hombre ofuscado, nos dijo “Los voy a hacer puré”. A este propósito, parece haberse sumado la jueza Vasallo porque además de anunciar el desalojo y remate del edificio, dictó el embargo de los bienes personales de los siete impulsores de la cooperativa.


Vamos a meternos adentro


Un informe de evaluación técnica elaborado por el actual Gobierno de la Ciudad sobre la Cooperativa de Trabajo Rabbione dice que “la impresión obtenida es la de un equipo sólido en la gestión administrativa y técnica como para poder desempeñarse en el mercado y seguir aumentando la cartera de clientes”. Esto se traduce en asignaciones en promedio de 1700 pesos mensuales para cada trabajador, y en la creación de 40 puestos dentro de la cooperativa. Además unos 60 empleados realizan tareas en forma tercerizada.


Froján se acuerda de un escenario totalmente diferente. “En el 2001, los dueños anteriores hicieron una venta ficticia, vendieron la empresa a una firma uruguaya que nunca pago la compra. Esta firma, a su vez, mando a un transportista que se llevó toda la plata de Rabbione y todos desaparecieron. A nosotros nos quedaron debiendo cinco años de jubilación y tres meses de sueldo”.


“En enero de 2002 ocupamos el edificio”, relata el trabajador, “nos juntamos con nuestros compañeros y dijimos: vamos a meternos adentro. Dos meses después comenzamos a trabajar de nuevo. Quedamos los obreros, los luchadores”.


Ahora se abre una nueva instancia para las empresas sin patrón. Los integrantes de la Cooperativa Rabbione buscan demostrar en la calle que el trabajo y la autogestión tienen el valor del derecho a la vida, frente a los negocios de unos pocos.