martes, 2 de junio de 2009

SIN patrón: empresas recuperadas y gestionadas por los obreros y trabajadores.- PARTE 1.-

Un libro rescata las historias de los obreros “sin patrón”


por Hernán Di Bello


Buenos Aires, 10 ene (EFE).- En Argentina las empresas con empleados convertidos en sus propios patrones pasaron de ser una alternativa al desempleo a un movimiento en permanente evolución que recuperó 162 firmas quebradas y da trabajo a unas 20.000 personas.

Cada uno de esos casos está contenido en el libro “Sin patrón”, escrito por cuatro periodistas que durante más de dos años acompañaron un proceso surgido en los albores de la peor crisis económica y social que vivió este país.

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De esa tarea surgió una “trilogía” que incluye un análisis sobre el movimiento, “historias paradigmáticas” con testimonios de los protagonistas y una guía con los datos de las 162 fábricas y empresas recuperadas por sus trabajadores, dijo hoy a EFE Claudia Acuña, una de las autoras.

Sostuvo que para los dos matrimonios que escribieron el libro “fue muy interesante ver toda esa experiencia” de obreros que mantuvieron abiertas metalúrgicas, textiles, alimentarias, madereras y hasta hoteles, entre otras firmas en proceso de quiebra.

En el libro, que ya está a la venta en Argentina, los periodistas canadienses Naomi Klein y Avi Lewis, realizadores de “La toma”, un documental sobre el tema que se estrenó el año pasado, consideraron que “las fábricas recuperadas argentinas urbanizaron la propuesta de Los Sin Tierra” brasileños.

Según Acuña, que escribió sin patrón junto a su marido, Sergio Ciancaglini, y la pareja de colegas compuesta por Judith Gociol y Diego Rosemberg, la organización en cooperativas surgió como alternativa para los empleados de “las últimas pymes especializadas” que quedaban en el país a finales de la década de los años 90.

“Como en el año 2000 empieza a ser más rentable la especulación financiera que la producción para estas empresas, los dueños ponen a trabajar la plata y dejan de pagar los salarios. Eso termina en la quiebra y con las persianas de las fábricas bajas”, describió.

La periodista explicó que esta situación generó altos niveles de desempleo y para amplios sectores de la población, sobre todo obreros especializados de más de 40 años, significó pasar de formar parte de “la clase trabajadora a convertirse en una no clase”.

“Claro que no habría fábricas recuperadas si no se hubiese dado vía libre al capitalismo sin rostro y sin dueño -agregó-. No es el viejo patrón sino el capital especulativo, para colmo protegido por los organismos multilaterales de crédito”.

De las centenares de fábricas que volvieron a levantar las persianas por iniciativa de sus trabajadores el libro rescata diez historias que, según Acuña, “permiten entender este proceso”, como la de la empresa textil Brukman.

El de Brukman fue uno de los casos más conocidos en Argentina, ya que los empleados, mayoritariamente mujeres, tomaron la planta para evitar su cierre y luego de ser desalojados violentamente por la policía acamparon durante varios meses en una plaza cercana hasta que consiguieron volver al trabajo.

Entre otros logros, las dos agrupaciones que reúnen a fábricas y empresas recuperadas consiguieron la aprobación de leyes para expropiar los edificios y los bienes de las compañías quebradas, que quedaron en poder de los obreros.

Luego de indicar que “las cooperativas de trabajo, que son hijas de este movimiento, sólo en Buenos Aires generaron 3.000 puestos de trabajo en los últimos dos años”, Acuña dijo que “se calcula que junto a las empresas recuperadas el sector emplea a unas 20.000 personas”.

En un país donde el 14,8 por ciento de la población no tiene empleo, según la última estadística oficial, el movimiento no sólo logró suplir “la falta de política de promoción del empleo del Estado sino la cultura de que el gobierno el soluciona los problemas que le acarrea a la gente por su mala administración”, estimó.

Acuña aclaró que de esa “película en movimiento” que captó el libro también surge que “aunque algunas empresas van muy bien, otras siguen teniendo muchos problemas” y “para la gente sólo son noticia cuando son desalojadas o cosas por el estilo”.

“Nadie se entera de lo que están produciendo y la idea es mostrar eso en la guía, desde la dirección y el teléfono hasta la forma de organización y la cantidad de gente que trabaja en las empresas recuperadas”, manifestó. EFE





Legados paradójicos del neoliberalismo extremo


Los trabajadores sin patrones


Las experiencias de las empresas recuperadas forman parte de una atractiva obra elaborada por el grupo de periodismo Lavaca con el sugestivo título Sin patrón.


Por Daniel Azpiazu y Martín Schorr (Suplemento Cash, Página/12, 20/02/2005)


No hay productividad del trabajo más baja (=0) que la de los desocupados. No hay productividad del capital fijo más baja (=0) que la de la maquinaria inactiva. No obstante, en este último caso, algunos de los propietarios de las mismas se han apropiado de ingentes productividades (financieras) de un capital sustentado –directa y/o indirectamente– en la desactivación de tal equipamiento productivo. Triste e insólita paradoja de una Argentina donde, desde hace largo tiempo, proliferan empresas quebradas con empresarios ricos y ostentosos.

El detallado y pormenorizado estudio que sobre las fábricas y empresas recuperadas por sus trabajadores acaba de dar a luz el grupo de periodismo Lavaca, con el muy sugestivo título de Sin patrón, es una brillante exposición de las tantas aparentes “sinrazones” de la historia contemporánea de nuestro país: fábricas cerradas y trabajadores expulsados de su “propia condición de ser”. La complacencia oficial e institucional frente a artilugios empresarios se conjuga con la “conciencia en sí y para sí” de trabajadores que vienen luchando, ni más ni menos, por un derecho garantizado por la Constitución nacional: el trabajo.

El minucioso estudio fue realizado por quienes acompañaron durante dos años este trascendente y relativamente novedoso acontecimiento económico y socio-político. A partir de una muy rica y rigurosa gama de hipótesis sobre el fenómeno de la recuperación de empresas por parte de sus trabajadores, el libro que acaba de editar Lavaca presenta, con una gran riqueza analítica y precisión descriptiva, diez de las experiencias más emblemáticas: Zanon, Brukman, Crometal, Chilavert, Sime, Conforti, Comercio y Justicia, Unión y Fuerza, Renacer-Aurora y Clínica Immecc. Además, ofrece al lector un detallado informe sobre los 161 emprendimientos que han logrado reconstituir ese derecho constitucional de “escasa” difusión en la Argentina neoliberal (el de trabajar); todo ello “sin patrón”.

Lo reflexivo

Si bien en el nuevo capitalismo globalizado el “trabajo asalariado se convirtió en trabajo flexibilizado o basura, creando una nueva categoría social, una no clase”, la de los excluidos, en nuestro país dicho fenómeno adquiere una particular intensidad y asume ciertas peculiaridades distintivas. A partir del quiebre que implicó la última dictadura militar y, al decir de Rodolfo Walsh, la “miseria planificada”, sucesivos gobiernos se encargaron de complacer –subsidiar, transferirle ingentes recursos sociales, etc.– a poderosos intereses empresarios condenando a la movilidad social hacia abajo a los sectores medios y a los pobres.

El “poder respaldado por la asociación ilícita entre un capitalismo global especulador, gerenciado por los organismos internacionales de crédito; un Estado cómplice y una burguesía nacional corrupta; es ése el cóctel feroz y decadente que produce el enorme vacío, el agujero adonde van a caer aquellos que, sabiendo que nadie ni nada va a rescatarlos, deciden la única manera de condenarlo”.

La emergencia de empresas “vaciadas” por sus propietarios y los intentos –lamentablemente, no siempre exitosos– de recuperar su fuente de ingresos por parte de los trabajadores, no parece ser un paso hacia la socialización de los medios de producción. Se trata, pura y simplemente, de una estrategia de sobrevivencia y de recuperación de la dignidad para quienes, como decía Karl Marx, no tienen otra cosa que ofrecer en el mercado que su propia fuerza de trabajo.

Quedan múltiples incógnitas e incertezas sobre el futuro de estos nuevos emprendimientos autogestionados por sus trabajadores. Pero de lo que no hay dudas es de que lo normativo-institucional es una de las tantas asignaturas pendientes. Ello, como apuesta de mínima para morigerar laprofunda regresividad distributiva, la hiperdesocupación y la creciente masa de excluidos de la sociedad.

Las experiencias

La muy ágil reconstrucción de una decena de experiencias, en las que se conjugan clarificadoras entrevistas a los trabajadores con la descripción de los hechos que derivaron en el proceso de recuperación, invita a reflexionar en torno de ciertos rasgos comunes:

• inescrupulosas estrategias empresarias en las que lo más lucrativo fue el “vaciamiento” de sus firmas, que se contraponen a una férrea defensa de la propia fuente laboral por parte de los obreros (aunque no exenta de dificultades de todo tipo, como su inclusión en las páginas “policiales” de la mayoría de los medios “hacedores” de la “opinión pública”).

• el sometimiento a acosos, desalojos, presiones y represiones (judiciales, policiales) de la más diversa naturaleza contra los trabajadores que lo único que pretenden es mantener ese vilipendiado derecho constitucional y su dignidad y la de sus familias.

• la casi generalizada despreocupación –cuando no abierto boicot– por parte del sindicalismo tradicional.

• el apoyo y la solidaridad activa de amplios sectores sociales y, en particular, de los vecinos de los establecimientos recuperados.

• la recurrencia sistemática y generalizada a la democracia directa, a asambleas, para la toma de decisiones que comprometieran o involucraran la continuidad de la condición de activos de los trabajadores recuperados y la operación de las empresas.

• formas horizontales de organización que conllevan salarios igualitarios o, en su defecto, asociados a las responsabilidades y/o cargas horarias de los “sin patrones”.

• y firmas que luego de algunas complicaciones iniciales han demostrado un buen desempeño económico.

La visión resultante de la lectura de esas diez historias resulta muy enriquecedora. Este libro, que recientemente ha publicado el colectivo Lavaca (también bajo forma autogestionada y cooperativa: la página web es www.lavaca.org), constituye una referencia insoslayable para aquellos interesados en los nuevos fenómenos sociales de la Argentina posterior al huracán neoliberal.