DN!: Boletin Democracy Now! -- 07 de mayo, 2009
Las estimaciones de los fallecidos en los bombardeos estadounidenses del lunes, en la provincia afgana de Farah, alcanzan la cifra de 200. Las imágenes obtenidas en el lugar muestran a los aldeanos revisando los escombros del devastador ataque. Un anciano no identificado afirmó que había perdido a docenas de familiares.
El aldeano dijo: “Descubrimos los cadáveres de 52 personas. Podría haber más cadáveres sin descubrir. Estos mártires eran civiles que vivían en la zona. Todos estos 52 mártires son mis sobrinos, sobrinas y nietos".
La Cruz Roja confirmó que murieron “docenas” de civiles, entre los que se encuentran muchas mujeres y niños. El ataque podría convertirse en el bombardeo estadounidense con mayor cantidad de muertos civiles en Afganistán desde la invasión en 2001. En reunión con el Presidente afgano Hamid Karzai en Washington, la secretaria de Estado Hillary Clinton expresó el pesar de Estados Unidos.
Hillary Clinton dijo: “Deseo expresar mi pesar y ciertamente las condolencias de nuestro gobierno por la pérdida de vidas civiles en Afganistán. Lo lamentamos profundamente. No conocemos todas las circunstancias o las causas. Y habrá una investigación conjunta de su gobierno y el nuestro. Pero toda pérdida de vidas, toda vida inocente perdida es especialmente dolorosa".
El Ejército estadounidense sugiere que hay pruebas de que los fallecidos fueron en realidad víctimas de granadas lanzadas por los talibanes, pero todavía no ha exhibido prueba alguna de ello.
La matanza de tantos civiles afganos por aviones estadounidenses podría tener como consecuencia un mayor apoyo a los talibán en el área bombardeada. El presidente Karzai envió una delegación a investigar el incidente. |
Un ataque aéreo de Estados Unidos dirigido erróneamente mató a 120 afganos, incluyendo docenas de mujeres y niños. El ataque es el más mortal de los bombardeos que causaron muertes civiles hasta ahora en los ocho años desde que Estados Unidos lideró la invasión a Afganistán.
Las familias en dos pueblos en la provincia de Farah, en Afganistán occidental, estaban ayer buscando cuerpos entre las ruinas de sus hogares hechos de barro y ladrillos. “Había mujeres y niños entre los muertos”, dijo Jessica Barry, una vocera de la Cruz Roja. “Parecía que querían buscar asilo dentro de la casa cuando ésta fue impactada. Los sobrevivientes dijeron que el número de muertos seguramente aumentaría mientras continuaba la búsqueda de los cuerpos.”
Es probable que la matanza de tantos afganos civiles por aviones estadounidenses enfurezca a los afganos y resulte en un mayor apoyo a los talibán en el área bombardeada. El presidente Hamid Karzai, que se reunió con el presidente Barack Obama en Wa-shington ayer (ver aparte), envió una delegación conjunta afgano-estadounidense a investigar el incidente.
Las Fuerzas Especiales de la Marina de Estados Unidos que apoyan al ejército afgano aparentemente atacaron por aire el martes a dos pueblos en el distrito de Bala Baluk, después de duros combates con el talibán. Los relatos de los afganos sobre muertes de civiles a menudo son negados o descartados por los funcionarios de Estados Unidos. Pero un equipo de la Cruz Roja visitó la escena de este ataque. “Había cuerpos, tumbas... gente enterrando los cuerpos mientras estábamos ahí”, dijo Barry. Dijo que un trabajador humanitario de la Cruz Roja de Afganistán murió junto con trece miembros de su familia. “Vimos docenas de muertos en las dos localidades a las que fuimos.”
Rohul Amin, el gobernador provincial de Farah, le dijo al Independent que “los muertos eran más de cien”. La gente del pueblo llevó 30 cadáveres, incluyendo los de mujeres y niños, en un camión para que Amin, en la ciudad de Farah, probara lo que había sucedido.
El gobierno afgano ha hecho denuncias cada vez más indignadas a la Fuerza Aérea de Estados Unidos por usar su masivo poder de fuego sin considerar a los afganos comunes. Las fiestas de casamiento a menudo han sido blancos de bombardeos estadounidenses tanto en Irak como en Afganistán, presumiblemente porque se los confunde con reuniones de militantes.
El ataque aéreo de Estados Unidos sobre Bala Baluk parece haber sido más mortal para los civiles desde que Estados Unidos intervino en Afganistán en 2001. El gobierno le pidió a la gente del pueblo que no entierre a los muertos hasta que lleguen los investigadores hoy.
Previamente, el peor de tales incidentes había sido un ataque estadounidense sobre Azizabad, en agosto de 2008, cuando Estados Unidos al principio afirmó que no había muerto ningún civil. Los investigadores afganos y de la ONU concluyeron que en realidad 90 afganos habían muerto. Una investigación de alto nivel estadounidense admitió más tarde que 33 civiles habían fallecido. Las encuestas de opinión en Afganistán muestran que el apoyo al talibán crece en las provincias afectadas después de que las bombas matan gente inocente.
Los ataques aéreos fueron precedidos por dos días de lucha entre fuerzas del gobierno afgano apoyadas por Estados Unidos y los combatientes talibán. Farah es una provincia pobre cuyos habitantes son mayormente granjeros y donde el talibán ha estado muy activo. El jefe de policía provincial, Abdul Gaffar, dijo que tres oficiales de policía y 25 talibán fueron muertos combatiendo cerca del pueblo de Ganjabad, en el distrito de Bala Baluk.
Los residentes locales les dijeron más tarde a los funcionarios afganos que habían puesto a sus hijos, mujeres y hombres ancianos en complejos con paredes en el pueblo de Gerani, a casi cinco kilómetros de la escena de la lucha donde pensaron que estarían a salvo. Estos complejos luego fueron atacados desde el aire y la mayoría de los que se refugiaban adentro resultaron muertos.
A pesar de las negativas de Estados Unidos o afirmaciones de que un número mayor de muertos entre civiles es propaganda talibán, el ejército de Estados Unidos debería tener un acceso inmediato a los testigos de los ataques. Esto es porque los heridos más graves son llevados a menudo a las instalaciones médicas en las bases militares de Estados Unidos. No se sabe si esto sucedió en Bala Baluk.
Después de las muertes en Azizabad el año pasado, Estados Unidos y las fuerzas de la OTAN en Afganistán debían haber introducido reglas más severas para salvaguardar a los civiles durante sus ataques. El principal comandante de Estados Unidos en Afganistán, general David McKiernan, emitió una directiva ordenando a los comandantes que no persigan a los combatientes talibán en áreas pobladas.
Estados Unidos también se comprometió a investigar los bombardeos junto a los investigadores afganos y, donde sea necesario, emitir inmediatas disculpas a las familias de los muertos y heridos. Las Naciones Unidas dicen que 552 civiles afganos murieron por ataques aéreos el año pasado, pero el número exacto es difícil de determinar.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.