martes, 21 de julio de 2009

La ignorancia en EE.UU. no tiene límites de clases, ni de grupos, ni de universidades...ES TOTAL.-





EL PAÍS DE LA IGNORANCIA DISEMINADA




Global Research



Traducido del inglés por Germán Leyens


Después de la mitad del año setenta de mi vida, mi esposa y yo decidimos que ya era tiempo de reducir el tamaño de nuestro alojamiento y comenzamos a buscar una casa más pequeña. Durante esos más de setenta años había acumulado una amplia biblioteca – más de dos mil, tal vez más de tres mil volúmenes. De modo que visitamos casas, con mi vista siempre a la busca de dónde podría colocar libros. Pero ni una sola de las casas que nos mostraron había sido diseñada para acomodar libros.


Aparentemente los arquitectos, los urbanizadores y los constructores estadounidenses no consideran que haya que prever libros en los hogares estadounidenses. Sus casas tienen cocinas, dormitorios, baños, comedores, habitaciones familiares, piezas de entretenimiento y de juego, pero ninguna biblioteca, dejando en claro que los libros no forman parte integral de la cultura estadounidense.


Los libros, sin embargo, son cúmulos de conocimientos. La gente se educa leyendo libros. Si las casas carecen de libros, faltan los medios para la educación. Si un niño descubre que los libros no son valorizados en sus casas, ¿por qué los iba a valorizar en la escuela? Si no se alienta la lectura en casa, ¿cómo pueden los maestros convencer a los estudiantes de que leer es útil? Si su familia cree que basta con lo que aprenden al mirar la televisión, ¿por qué iba a creer algo diferente un niño? Y la tasa de deserción escolar de la nación suministra una evidencia anecdótica suficientemente fuerte de que el conocimiento no es importante para muchos estadounidenses.


La educación de su gente nunca ha sido un fuerte de EE.UU. (Los atletas reciben becas, los eruditos no.)


Sí, claro, EE.UU. tiene sus maravillosas y prestigiosas universidades, pero no producen estadounidenses altamente educados. La mayoría de los grados avanzados otorgados por universidades de EE.UU. en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas son otorgados a extranjeros.


[http://www.uschamber.com/international/agenda/immigration_policies.htm].


Nuestra controvertida dependencia de visas H1B [visas concedidas a candidatos con ‘conocimientos especiales’ N. del T.] es bien conocida. EE.UU. se enorgullece de haber construido la bomba atómica, pero gran parte de la ciencia fue desarrollada en Europa y muchos de los científicos involucrados fueron europeos educados allí. El presidente, en su oratoria de “¡Sí, podemos!” dijo: “Llevamos a un hombre a la luna en diez años.” Sí, así fue, pero no sin ayuda de científicos e ingenieros alemanes que según mucha gente deberían haber sido juzgados como criminales de guerra en Núremberg después de la Segunda Guerra Mundial.


Los ingleses construyeron el primer computador moderno (secretamente) e inventaron el radar. Un alemán diseñó el primer motor operacional de turborreactor. Las universidades y colegios estadounidenses no gradúan suficientes maestros, enfermeras, o médicos de atención primaria (muchos de los cuales importamos ahora del gigante intelectual llamado India).


Incluso los financieros de nuestra nación se basaron en el teorema de un matemático chino para evaluar el riesgo. (Nunca he oído a alguien que diga que carecemos de suficientes licenciados en gestión empresarial.) Cuando los financieros decidieron utilizar la función de la cópula gaussiana de David X. Li para determinar el nivel de riesgo, condujeron al mundo por un camino a la perdición. El propio Li dijo de su propio modelo: “la parte más peligrosa es cuando la gente cree en todo lo que resulta de ese modelo.” Una creencia semejante resulta de la ignorancia matemática.


Aunque hemos educado muy bien a unos pocos, no hemos convertido a la educación en parte integral de nuestra sociedad. No sólo nos hemos dedicado a importar los productos que vendemos, durante décadas hemos importado los cerebros que utilizamos. Ahora incluso hemos sido reducidos a importar nuestro propio dinero. Casi nos hemos convertido en una nación totalmente dependiente.


El sistema educacional estadounidense no mejorará mediante la producción de más maestros, la construcción de más salas de clase para reducir la cantidad alumnos en cada una, o la creación de programas como “Ventaja Inicial” y “Que Ningún Niño Se Quede Atrás”. Sólo puede ser mejorado por un cambio fundamental en nuestros valores culturales.


Imaginad dónde estaría el deporte en EE.UU. si bates y balones de todos los tipos y la transmisión de eventos atléticos fueran tan raros en los hogares estadounidenses como lo son los libros. Los estadounidenses tienen que reconocer que ninguna nación ha sido hecha grande por sus animadores, atletas y comerciantes; pero EE.UU. se ha convertido en una nación de animadores, atletas y comerciantes. Ninguna de estas actividades representa una ocupación intelectual.


Es posible que los oligarcas que gobiernan EE.UU. crean pueden mantener al público en la ignorancia mientras ellos y sus hijos son educados, pero se equivocan.


La ignorancia es omnipresente; afecta a los ricos así como a los pobres, a los poderosos y a los sin poder, al famoso como al desconocido. Prevalece en las salas de los directores ejecutivos de nuestra nación, en el Congreso, en las fuerzas armadas, e incluso en nuestras universidades. Define a esta nación.


El que haya quien pueda creer que EE.UU. pueda seguir prosperando en este estado de dependencia ignorante es un acertijo del tamaño de un nudo gordiano.


Creo que fue Dean Baker (perdón, perdí la referencia) quien escribió: “Tenemos que recordar lo que sucedió con el Imperio Británico. Después de originarse en las colonias en ultramar y en estaciones de comercio establecidas por Inglaterra en el Siglo XVII, al llegar 1922 controlaba un cuarto de la población del mundo en el que ‘sol nunca se pone’. Pero en 1914 se había convertido en una ‘nación de comerciantes’ que ni entonces, ni de nuevo en 1939, pudo defenderse contra potencias continentales mucho más pequeñas.”


Los que detentan el poder en EE.UU. también ignoran la historia.

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John Kozy es profesor en retiro de filosofía y lógica y escribe blogs sobre temas sociales, políticos y económicos. Después de servir en el ejército de EE.UU. durante la Guerra de Corea, pasó 20 años como profesor universitario y otros 20 como escritor. Ha publicado un libro de texto sobre lógica formal, en revistas académicas y en una pequeña cantidad de revistas comerciales, y ha escrito una serie de editoriales como invitado en periódicos. Sus artículos en línea se encuentran en: http://www.jkozy.com/ y se le puede escribir desde ese sitio.

John Kozy es colaborador frecuente de Global Research.

http://www.globalresearch.ca/index.php?context=va&aid=14416