viernes, 7 de agosto de 2009

La expropiación de Zanón viene asomando en Neuquén

Organizaciones nacionales e internacionales
convocan para el miércoles 12




Esta semana la Comisión de Asuntos Constitucionales de la Legislatura neuquina emitió un despacho por mayoría para que la cámara provincial apruebe la próxima semana el proyecto de ley de expropiación de la fábrica de cerámicos Zanón que envió el propio gobierno de Jorge Sapag. Pero ayer la Comisión de Presupuesto no se pronunció y pasó su dictamen para el martes próximo. La intempestiva aparición del titular de la CGT neuquina, el mercantil Sergio Rodríguez y el dirigente empresarial Edgardo Phielipp –a quien los trabajadores ceramistas le reprochan haber sido decano de la Facultad de Economía en la Universidad Nacional del Comahue durante la dictadura de Videla- fue decisiva al pedir a los diputados provinciales que no otorguen la expropiación de Zanón “porque eso sería darle la razón a los que hablan de la lucha de clases”, generando lo que para ellos es un “peligroso antecedente para el futuro”. Aún así, en esta provincia muchos consideran un hecho la expropiación de la fábrica de Neuquén más conocida en el país y el mundo, luego de más de nueve años de lucha. Mariano Pedrero, abogado de los obreros ceramistas, sigue confiando “en el apoyo de la población y en la fuerza de los trabajadores”. Por eso están convocando a Neuquén para el próximo miércoles 12 de agosto “a una gran concentración y movilización frente a la Legislatura provincial para garantizar, sí o sí, la expropiación de Zanón”.


¿Se concreta la tan ansiada expropiación de Zanón la semana que viene?


El martes se vuelve a reunir la Comisión de Presupuesto y el miércoles 12 hay sesión de la Legislatura. Por nuestra parte, como hicimos en estos nueve años de lucha, confiamos en nuestras fuerzas y en el apoyo de la población. Estamos llamando a movilizar y concentrar para exigir la sanción de la expropiación de la fábrica. Esa decisión política sería un gran paso adelante en nuestra lucha porque, a pesar de los límites de este proyecto de ley, se aleja la posibilidad del remate de la fábrica, el desalojo y la represión. Este nuevo avance para la gestión obrera es un símbolo de que los trabajadores pudimos enfrentar los despidos en el 2001 y que, frente a la actual crisis en curso, tenemos una salida que proponer. Los empresarios y sus representantes políticos solo nos proponen más despidos, ajuste y miseria. Fueron ellos los que provocaron la crisis. Son los capitalistas las que tienen que pagar sus consecuencias.


Zanón es un ejemplo que la clase trabajadora no tiene porqué agachar el lomo. Por algo las cámaras empresariales y sus alcahuetes de la CGT están tan molestos y activos contra la expropiación.


¿Qué características tendrá la expropiación de Zanón que votarán los legisladores neuquinos?


El proyecto que están debatiendo es el presentado por el gobierno (de Jorge Sapag). Salvo algunos diputados, la mayoría se opuso a tratar nuestro proyecto de ley que fue presentado con más de 90 mil firmas. Y, aunque está garantizada la autonomía de las asambleas y no asumimos ningún compromiso que atente contra la gestión obrera, dos son los puntos centrales que no están contemplados. Por un lado se limita a expropiar la fábrica y cederla a la cooperativa FASINPAT (Fábrica Sin Patrones) pero no incluye el concepto de la estatización por el que peleamos. Por el otro, la expropiación es con pago a los acreedores privilegiados.


Nosotros siempre dijimos que debería hacerse sin pago. Ni los trabajadores ni la población tenemos porque hacernos cargos de las deudas de los vaciadores. La familia Zanón debería pagar con sus propios bienes esos 23 millones de pesos que pagará la provincia a los acreedores.


Es sabido que el proyecto a votarse no es el mismo que pidieron los obreros de Fasinpat. ¿Qué cosas le falta a ese proyecto de expropiación?


La expropiación debería hacerse sin pago y, además, no cederse la fábrica a la cooperativa. Nuestra lucha es por la expropiación y estatización definitiva. Que la planta quede en propiedad del Estado, administrada no por un interventor estatal o una María Julia Alsogaray sino que continúe como hasta ahora administrada por los propios trabajadores con las decisiones centrales tomadas en asamblea. Una fábrica estatal cuya producción se destine a planes de obra pública de viviendas, escuelas y hospitales que tanto hacen falta a la población. Por eso nuestra lucha incluye la exigencia de la reapertura de la obra pública que además generaría miles de nuevos puestos de trabajo.


¿Cómo piensa que se va a dar el traspaso de la fábrica a los obreros?


Esto también dependerá de nuestra capacidad de movilización. Ya hemos visto decenas de leyes de expropiación en varias provincias donde luego el Poder Ejecutivo no las ejecuta y las leyes vencen o empiezan los juicios de reversión por parte de las viejas patronales vaciadoras o los acreedores.. Vuelven a reflotarse las amenazas y las órdenes de desalojo y remate.


¿La Cooperativa FASINPAT seguirá trabajando legalmente?


Sí, pero siempre sobre la base de reivindicar que más allá de la legalidad, está la legitimidad de la lucha por los puestos de trabajo y los derechos de los trabajadores y el pueblo. La clase trabajadora nunca debe olvidar que las leyes se hacen y definen en congresos y legislatura dominados por partidos que responden a los intereses de empresarios y patrones. Ahí está, por poner un solo ejemplo, la “legalidad” de la Ley de Riesgos de Trabajo que deja impunes las muertes y mutilaciones que día a día se producen en las obras de construcción.


¿Esto significa que el peligro siempre latente de desalojo desaparece?


Desde una óptica inmediata la respuesta es sí, pero nada es seguro en estos tiempos. Estamos inmersos en una crisis del capitalismo que todos comparan con la de los años 30. Una crisis que solo fue resuelta después de la carnicería de la II Guerra Mundial. La única garantía para los trabajadores es confiar en sus propias fuerzas y prepararse para enfrentar los ataques que sobrevendrán.


¿Cómo queda la cuestión a nivel judicial con Luigi Zanón y su familia luego de este paso en la Legislatura neuquina?


La empresa está en quiebra. Los Zanón y el directorio están procesados por evasión fiscal. Hay que seguir insistiendo para verlos tras las rejas pero es una pelea difícil después de las sucesivas modificaciones a la ley de quiebras hechas por (Domingo) Cavallo en los gobiernos de (Carlos) Menem y (Fernando) De la Rúa y para nada alteradas por el kirchnerismo.


¿De quién termina siendo la fábrica? ¿Cómo quedan los obreros respecto a su posesión?


De acuerdo al proyecto de ley del gobierno, la fábrica pasa a ser propiedad de la cooperativa Fasinpat. Nuestra pelea seguirá, como te decía antes, para que sea estatizada y quede en propiedad del Estado bajo administración obrera.


¿Porqué los obreros se opusieron y se oponen a que se pague a los acreedores de Zanón?


Porque la deuda es de los Zanón y son los Zanón los que tienen que pagarla .


¿Se va a indemnizar a todos los que estaban al momento de comenzar el conflicto? ¿Qué se decidió respecto a los trabajadores que no estuvieron en todo el tiempo de la lucha y hasta boicotearon lo que sucedía en Zanón bajo gestión obrera?


Las indemnizaciones están reclamadas en el juzgado de la quiebra. Es la familia Zanón la que debe hacerse cargo. Lo que sucede en esta y la mayoría de las quiebras es que, por el mecanismo y las prioridades establecidas en la ley de quiebras, se benefician siempre los bancos, prestamistas y grandes empresas acreedoras que son los que tienen las garantías y los privilegios a la hora del cobro. Los trabajadores o no cobran o cobran poco de sus deudas. Un ejemplo más de lo que hablábamos hace un rato respecto de a quienes favorecen las leyes y la legalidad. En el caso de los ex trabajadores de Zanón hay un proyecto presentado por algunos diputados para que se pague un subsidio a quienes trabajaron en Zanón y fueron estafados por sus dueños. Algunos diputados proponen que sea extensivo a todos y otros, los que ponen palos en la rueda y no soportan la idea de que la gestión obrera avance, quieren dejar afuera y discriminar a los compañeros que integran la cooperativa. Como si ellos no hubiesen dejado años de su vida y su salud dentro de los galpones de Zanón...


¿Qué es lo más importante que se logra con este paso?


Consolidar una experiencia que es ejemplo en el mundo entero de que los trabajadores podemos enfrentar los despidos. Que no tenemos porque aceptar las indemnizaciones o subsidios. Que podemos hacernos cargo de la producción de toda fábrica que cierre o despida en masa y que podemos poner la producción al servicio de las necesidades populares, porque en el mundo hay carencias. ¿O acaso tiene sentido que cierren fábricas de cerámicos o textiles? ¿Acaso a toda la población le sobra la vivienda digna o el vestido? ¿O hay millones y millones de personas en Argentina y todo el mundo que carecen de estos y otros bienes incluso más esenciales? El problema radica en que los capitalistas producen para la ganancia individual y no en función de las necesidades sociales. Cada fábrica que cierra es un desperdicio de fuerzas productivas que son socialmente necesarias.. Esto es lo que habrá que enfrentar en esta crisis mundial que está en sus primeros momentos. A esto habrá que dar respuesta si los trabajadores y la población no queremos pagar con más hambre, más miseria y más padecimientos el sostenimiento de un sistema que ya nada tiene que ofrecer al conjunto de la humanidad. Zanón es un pequeñísimo ejemplo, parcial y no acabado, de las fuerzas que anidan en el seno de la clase trabajadora para dar una respuesta por la positiva.


Usted que vivió todo el proceso, tanto judicial como políticamente ¿qué saca de todo lo vivido?


Fukuyama y otros quisieron hacernos creer que habíamos llegado al fin de la historia y de las ideologías. Decretaron la muerte de la clase obrera y la posibilidad de construir una sociedad sin explotadores ni explotados. La experiencia de Zanón demuestra que la confluencia de trabajadores dispuestos a la lucha y las ideas y el programa que podemos aportar los revolucionarios desata una fuerza, una energía y una capacidad que está ahí, en los millones y millones de trabajadores que sufren la explotación capitalista. Que con un programa que nos una al resto de la población oprimida no hay fronteras que no puedan ser atravesadas, no hay murallas que no podamos tirar abajo. Zanón es un ejemplo pequeño pero significativo. No es posible construir una sociedad distinta o alternativa en medio de un mercado capitalista que te condiciona. No hay islas pero si el valor simbólico de un ejemplo. Si esto pudimos hacer algunos centenares de trabajadores acá en la Patagonia pensemos en los miles de millones que componen nuestra clase en todo el mundo. ¿Porque resignarse a que un puñado de parásitos vivan de nuestro trabajo? ¿Porqué aceptar que quieran que paguemos los platos rotos de esta crisis que no generamos? Yo soy parte de una generación a la que neoliberales y posmodernos abrumaron con baratijas ideológicas. La salvación individual era el ideal máximo. Abrazar una causa, levantar críticamente las banderas de generaciones caídas era de bicho raro. Zanón demostró, en pequeña escala, que luchar por una salida colectiva es posible. Pero solo tiene valor si lo ponemos en perspectiva, hacia el futuro, para pensar los desafíos que vendrán.


¿Qué están organizando para el próximo miércoles 12 de agosto?


Una gran concentración y movilización a la Legislatura aquí en Neuquén. No hay nada garantizado, así que ahí estamos convocando como desde el primer día. Sin el apoyo de la población y de las organizaciones solidarias Zanón no hubiese sido posible. Ahí los necesitamos a todos, como cuando montamos las carpas afuera de la fábrica en octubre del 2001 o enfrentamos las órdenes de desalojo en abril del 2003 .