Dean Baker
The Washington Post, que adquirió fama mundial por sus esfuerzos a la hora de vender a los cabilderos de las corporaciones acceso a sus reporteros y a los funcionarios de la administración Obama, quiere dejar sin empleo a 15 millones de trabajadores en los Estados Unidos. Esto no es, ni que decir tiene, lo que ellos han dicho: el Post habló de otro paquete de estímulos. Pero más de 15 millones de trabajadores sin empleo será la consecuencia segura de la política favorita del Post.
Seguiremos la lógica del Post, pero el simple hecho de que el Post se oponga a esta política debería establecer la medida de su utilidad. Después de todo, el Post tiene un historial, que roza casi la perfección, en equivocarse completamente a la hora de prever el giro que tomará la economía.
Recuérdese cuando, en enero de 2008, el Post dijo a sus lectores de que "no hay todavía ninguna prueba de una recesión,... como tampoco hay ningún consenso en que la recesión, si llega una, será grave." Y luego una semana después tenemos el siguiente titular: "oportuna, limitada y temporal." Es éste un periódico que no dejó espacio a quienes avisaban de los peligros de la burbuja financiera en los noventa y de la burbuja inmobiliaria en esta década.
En pocas palabras, teniendo en cuenta este historial -que como dijimos roza casi la perfección- de estar en los antípodas de la realidad económica, la oposición del Post a nuevos estímulos hace que su discurso sea aún más persuasivo si cabe, y ello por méritos propios. Bueno, echemos un vistazo a sus argumentos.
El Post arguye que la mayoría de los estímulos todavía no ha cruzado la puerta, así que tendremos que esperar a ver el efecto que producirán. El hecho de que no hayamos visto todavía la mayoría de los gastos olvida el hecho de que es el ritmo del gasto lo que cuenta, no el total.
El estímulo está costando actualmente una media de cerca de 30 mil millones de dólares al mes. Esto es casi la velocidad máxima. El hecho de que continuemos gastando a este ritmo durante el siguiente año y medio no significa que el impacto sea mayor en 6 meses o un año.
Supongamos que pudiésemos gastar a este mismo ritmo durante los siguientes diez años. Según la retorcida lógica del Post, deberíamos esperar 5 años o así para ver el impacto. Argghhhhhh, ¿es que no puede el Post encontrar a nadie que entienda algo de economía básica?
El Post también está preocupado por el déficit, y le dice a sus lectores que hay una cantidad limitada de capital en el mundo y que estamos prestando demasiado. De hecho, por motivos prácticos no hay una reserva limitada de capital en el mundo cuando los Estados Unidos y la mayoría de los países ricos registran unas cifras de desempleo de dos dígitos. Podemos gastar tanto como queramos sin tener que preocuparnos por los límites de los recursos económicos. (Desempleo significa un exceso de reserva de trabajo, ¿lo captan?)
También hay una gran medida que los economistas utilizan para determinar la escasez relativa de capital. Se llama "tipos de interés." En este momento, los tipos de interés a diez años en bonos del tesoro está por encima del 3'25%. Eso es un porcentaje 2 puntos inferior que el de los días de excedentes presupuestarios a comienzos del milenio. En otras palabras, las pruebas sugieren que tenemos una abundancia de capital enorme, no falta de él.
Es una auténtica vergüenza que los editorialistas del Post y otras muchas personas responsables de esta evitable catástrofe económica aún conserven sus empleos mientras millones de personas competentes y esforzadas se quedan sin el suyo. Cuando cambien las tornas, ése será un gran día.
Dean Baker es co-director del Center for Economic and Policy Research (CEPR). Es autor de Plunder and Blunder: The Rise and Fall of the Bubble Economy.
Traducción para www.sinpermiso.info: Àngel Ferrero